“¿Quién está piloteando el avión?” revive algunos de los terribles accidentes aéreos causados por problemas con el piloto automático y los sistemas computarizados.
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En “Fracaso del sistema” se vuelven a analizar cinco accidentes aéreos críticos y se repasan los cambios que se introdujeron en el control de tráfico aéreo en consecuencia.
Dos aviones colisionan en el aire y caen en un vecindario de Los Ángeles. Hay más de 80 víctimas. Este accidente genera muchos cambios, como la forma en que se monitorean los vuelos.
La tripulación del vuelo 191 de Delta Airlines ve lluvia y rayos delante, pero sigue su rumbo. En la tormenta, fuertes vientos golpean el avión y este se estrella, causando la muerte de 136 personas.
En un vuelo rutinario de una hora desde Berlín, el vuelo 3597 de Crossair se encuentra en su aproximación final a Zúrich. Pero, a solo minutos de aterrizar, los pilotos no logran ubicar la pista.
Minutos después de despegar de Tokio con destino a Osaka, la aleta trasera del enorme Boeing 747 estalla. Ahora el avión está fuera de control.
Dos aviones 737 se estrellan con años de diferencia. Las similitudes son sorprendentes, pero los investigadores están desconcertados. Un tercer accidente les da la información que necesitan.
Un 747 Combi se llena de humo y la tripulación intenta apagar un incendio en la bodega de carga. Tras desaparecer sobre el océano Índico, se inicia una operación para recuperar sus restos.
Un fuerte "golpe" se escucha desde el fuselaje del vuelo 28 de British Airtours, y los pilotos abortan el despegue. Un denso humo negro llena la cabina y, minutos después, el avión es completamente consumido por el fuego.
Uno de los mayores desastres ferroviarios en la historia de EE.UU. Un tren de carga que pasa por un suburbio descarrila, choca, destruye casas y causa muertes.
El 2 de agosto de 2005, el vuelo 358 de Air France se incendia al salirse de la pista en Toronto durante una tormenta. Más de 300 personas tienen segundos para escapar del avión en llamas.
En “Cielos peligrosos”, se vuelven a analizar cuatro accidentes aéreos que han sido claves para que la industria mejore la seguridad de los vuelos.
Ante las alarmas confusas, los pilotos del vuelo 301 de Birgenair luchan por recuperar el control. Sin embargo, a los cinco minutos de despegar, el avión cae al mar y mueren todos sus pasajeros.
Después de menos de un minuto en el aire, el vuelo 8509 de Korean Air Cargo se estrella en un campo al noreste de Londres. Es el quinto accidente grave de la aerolínea en solo dos años.
El 8 de febrero de 1986, un tren de pasajeros de VIA tiene 115 personas a bordo, y un viaje placentero se convertirá en una horrible pesadilla.
Con 248 soldados estadounidenses a bordo, el vuelo 1285 de Arrow Air se reabastece en Terranova, pero tan solo unos segundos después de despegar, el avión se estrella, lo que genera una gran polémica.
El vuelo 182 de Air India desaparece repentinamente del radar, y se hallan fragmentos del avión y cuerpos en el océano Atlántico Norte. Las 329 personas a bordo están muertas a causa de una bomba.
La tripulación del A300 de DHL lucha durante 16 minutos por aterrizar en el aeropuerto de Bagdad, sin sistema hidráulico, cuando realizaba un vuelo rutinario de entrega de correo.
Una explosión provoca un agujero en la cabina de un DC-10. Los investigadores proponen soluciones. Dos años después, otro DC-10 sufre exactamente el mismo problema, con consecuencias mortales.
El vuelo 1363 de Air Ontario se prepara para despegar luego de una breve escala. Alcanza la velocidad de despegue, pero el avión no logra elevarse, comienza a sacudirse y se estrella en el bosque.
Para ahorrar combustible, el vuelo 007 de Korean Airlines solicita permiso para volar a una mayor altitud. Cuando la aeronave alcanza esa altitud, experimenta una descompresión rápida y cae al mar.
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